Los filtros para cámara son uno de los accesorios más conocidos del mundo de la fotografía. Estos pequeños círculos permiten dar un salto de calidad a la hora de realizar una instantánea. Existen una gran variedad de opciones, pero no siempre es necesario recurrir a ellos para realizar una fotografía.
Qué es un filtro
Empecemos por lo básico, un filtro es una pantalla óptica que se sitúa en el frontal del objetivo para generar algún tipo de efecto. La lente que lo compone puede contar con una gran variedad de formas y el aro exterior se puede acoplar mediante diversos mecanismos. Además, existen filtros neutros cuyo único fin es proteger el objetivo de suciedad o arañazos.
El uso de los filtros fotográficos suele estar bastante ligado a las condiciones de luz en el momento de la foto. Esto provoca que sean de gran utilidad para el retrato de paisajes, fotos nocturnas o para generar efectos visuales. Como puedes comprobar su principal uso se centra en jugar con la luz para lograr un resultado más profesional y estético.
Los filtros más populares
Existen una serie de filtros que resultan bastante útiles. Aunque la gama es inmensa y existen una gran variedad de matices a la hora de elegirlos, todos estos filtros pueden combinarse entre sí para lograr un efecto único y distinto. Estos son algunos de los más populares:
- Filtros protectores UV: se trata de un tipo de filtro neutro, su función es proteger la propia lente del objetivo de una manera cómoda y práctica. Gracias a él no cogerá suciedad y en el caso de un arañazo o impacto solo tendrás que cambiarlo sin que el objetivo haya sufrido ningún daño.
- Filtros de densidad neutra o ND: no afectan al calor de la fotografía, su función es reducir el paso de luz. Están pensados para evitar la sobreexposición en los casos que se usan velocidades de obturación bajas y grandes aperturas. Es un elemento imprescindible para crear un efecto seda en buenas condiciones de luz.
- Filtros polarizadores: se trata de un elemento que cuenta con una función doble. Acaba con reflejos provenientes del agua o el cristal y aumenta la saturación de la imagen. Se trata de un elemento muy empleado en la fotografía de paisajes sobre todo con la luz lateral.
- Filtros de degradado de color: cuenta con una tonalidad en la lente que tiñe parte de la instantánea. Por norma general se emplean para fotografiar amaneceres y atardeceres acentuándolos. También los hay fríos con el objetivo de ofrecer una imagen más invernal.
- Filtro de niebla: muy común por parte de los fotógrafos de paisajes. Aportan un efecto niebla muy natural a la foto que es imposible de conseguir con la edición digital. Han sido de los últimos en llegar al mercado.
- Filtro IR: en este caso bloquean parte del espectro visible dejando paso a las ondas infrarrojas. Gracias a ello se obtienen resultados mucho más pálidos y grises.
- Filtro estrella: se usa en fotografía urbana nocturna. Provoca que los puntos de luz adquieren forma de estrella con diferentes puntas generando un efecto muy visual.
Junto a los filtros para la cámara puedes equiparte con una serie de accesorios muy útiles para su uso. Puedes optar por los kits que incluyen diversas lentes y utilizar un estuche portafiltros. Además, existen arandelas conversoras que permiten adaptarlos a las diferentes marcas y diámetros de objetivo.
Para equiparte por completo dentro del mundo de la fotografía puedes visitar Cash Converters. Encuentra todos los elementos de segunda mano, revisados, con garantía y al mejor precio. Compra los filtros para cámara que necesitas y ya de paso adquiere un nuevo objetivo para tu cámara fotográfica.
